No comas carne cruda, lava bien frutas y verduras… ¿Te suena?

Infectarse de toxoplasmosis durante el embarazo es peligroso ya que puede provocar problemas en el bebé, llegando incluso a su muerte, y es especialmente peligroso en personas con enfermedades que reducen sus defensas. Puedes contraer toxoplasmosis por comer carne infectada, frutas y verduras contaminadas por el parásito o estar en contacto con heces de gatos ya que son portadores.

Debes tener en cuenta hábitos básicos como lavarse bien las manos antes y después de manipular alimentos, además de lavarlos bien antes de comerlos, comer carne que esté bien hecha y evitar embutidos como chorizo o jamón serrano.

    ¿Qué ocurre con el parásito y qué podemos hacer con los alimentos?

Este “bichito” (toxoplasma gondii) muere a altas temperaturas de cocción, así que si te mueres de antojo por chorizo pásalo bien por la sartén antes de hincarle el diente. El parásito por término general tampoco soporta temperaturas de -20º por lo que congelar los alimentos antes de consumirlos es otra buena solución para ayudar a prevenir el contagio.

     Síntomas

Los síntomas son relativamente parecidos a una gripe, dolor muscular, dolor de garganta, cansancio e incluso fiebre.

    Conclusiones y consejos

Se calcula que aproximadamente solo un 15% de mujeres en edad fértil son inmunes, pero por suerte son pocas las que lo contraen durante el embarazo y no todas lo transmiten a sus bebés. La posibilidad de transmitírselo aumenta a medida que tu embarazo avanza, sin embargo es más grave si el feto se infecta durante el primer trimestre del embarazo ya que el parásito invade las células, se multiplica y produce lesiones en los tejidos que se están formando.

Si tienes gato no es necesario que te deshagas de él, pero sí que tomes ciertas precauciones como evitar en la medida de lo posible cambiar su caja y limpiarla a diario, alimentarlo con comida especial para gatos no carne cruda, alejar a tu mascota de otros animales que puedan estar infectados y alejarlo de la cocina.

No bebas leche que no esté pasteurizada y evita comer huevos crudos. No te toques la boca, nariz ni ojos mientras prepares la comida y utiliza guantes desechables si es necesario.