La etapa de recuperación es IMPRESCINDIBLE para que el entrenamiento y la dieta logren sus objetivos.

En ocasiones me encuentro con gente que nunca se ha puesto en manos de un entrenador de verdad y cree que por invertir 3 o 4 horas en el gimnasio va a obtener una mejora significativa, cuando probablemente ocurra todo lo contrario. Realmente todo el tiempo que transcurre entre una sesión de entrenamiento y la siguiente es igual o más importante que el entrenamiento en sí, es donde realmente se producen las adaptaciones anatómicas y fisiológicas. Si no respetamos el descanso adecuado entre un entrenamiento y otro podemos caer en el sobreentrenamiento, algo desde luego nada aconsejable.

La recuperación, con todos los campos en los que ésta puede ser entendida es algo que no podemos pasar por alto, dormir bien, comer bien, no tener excesivo estres, etc. El éxito de un deportista respecto a otro, además de la genética o aspectos psicológicos puede recaer en el tiempo y calidad que dediquemos a recuperarnos. No culpes a tu entrenador cuando dedicas tu tiempo de descanso a llevar un estilo de vida desordenado, una mala alimentación, no te hidratas los suficiente, bebes alcohol… porque la clave está en tu mano.

Es conveniente beber agua durante la práctica de ejercicio, pero sin duda en imprescindible hidratarnos al terminar. Para hacerte una idea, pésate antes y después de hacer un entrenamiento aeróbico y verás la cantidad de líquido que has perdido, y repito líquido junto con minerales, pero no grasa. Para que ahora mismo todos podáis hacer la prueba con mis consejos os propongo ir al baño, si tu cuerpo está hidratado correctamente el color de la orina deberá ser claro o prácticamente transparente, de lo contrario planteate seriamente beber más agua.

Descansar correctamente, llevar una alimentación adecuada y en definitiva, llevar un estilo de vida saludable son la mejor inversión a largo plazo que podemos hacer.