¿Cómo puedes saber si estás preparada para llevar a cabo una gestación sin problemas nutricionales? Lo primero es tener claro unos requisitos mínimos que debes cumplir. Son muchos los errores y mitos que rodean las recomendaciones alimenticias de la mujer embarazada, por ello a lo largo de este artículo encontrarás una serie de explicaciones que toda futura madre debe conocer.

  • Realizar una encuesta dietética para conocer los hábitos de la gestante y saber si cumple con los requerimientos necesarios o necesita hacer modificaciones.
  • Llevar un seguimiento de los cambios, pueden darse episodios de estreñimiento, gases, vómitos… todo es normal en su justa medida.
  • Exploración física, tanto para observar carencias apreciables a simple vista a través del pelo, encías o manchas en la piel, como para controlar cuanto peso se va ganando. La idea de la ganancia de peso en el embarazo ha cambiado mucho, actualmente se establece que el peso aumentado debe estar entre 9-10 y 13 kg, aumentando más rápidamente en la segunda mitad del embarazo. Ten en cuenta que no es igual para todas, esta cifra se debe modificar si tienes bajo peso (se recomienda ganar más) o sobrepeso en el inicio de la gestación (ganar menos).
  • Analítica completa en la que te controlen mediante pruebas bioquímicas tus niveles de proteínas, albúmina, colesterol o glucosa en sangre y orina.
  • Durante los primeros meses la cantidad de calorías debe mantenerse prácticamente igual, conforme la gestación avanza debes aumentar progresivamente aproximadamente hasta unas 300-500 kilocalorías diarias, dependiendo de cada una.
  • Vigila tu ingesta de calcio, es imprescindible para el crecimiento del feto, cuando el nivel de calcio no es suficiente el bebe intentará extraerlo de la madre pudiendo generarle problemas óseos. Además recientes investigaciones asocian el calcio a prevenir la hipertensión gestacional y con ello muchas más complicaciones.
  • Líquidos: la mayor parte del cuerpo humano está formada por agua, el bebé también tiene gran contenido de agua y la producción de leche materna depende directamente de tu hidratación.
  • Suplementos de vitaminas y minerales, los requerimientos de micronutrientes como hierro, calcio y ácido fólico aumentan durante esta etapa, por lo que si tu dieta no te proporciona los suficientes es el momento de considerar comprar un suplemento.
  • La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición además aconseja hacer de cuatro a cinco comidas al día. En caso de náuseas, vómitos o reflujo, comer menos cantidad, pero más a menudo, y evitar los alimentos ricos en grasa. Tomar más frutas y hortalizas, evitar el picoteo entre horas y no consumir bebidas alcohólicas.

Ten en cuenta que al comenzar el embarazo se suele reducir el metabolismo basal, es decir, gastarás menos kilocalorías que antes, posteriormente se irá normalizando. El volumen sanguíneo se expande por lo que disminuyen los niveles de hemoglobina, albúmina y vitaminas hidrosolubles y aumenta el intercambio de aire en los pulmones, lo que puede producir una diminución de la tensión en los dos primeros trimestres de embarazo. Esta infinidad de cambios deben estar apoyados por una correcta alimentación. Y cuando quieras caer en la tentación recuerda que estás comiendo por un bebe, no por otro adulto.