Mucha gente asocia el “Foam roller” o “rulo” únicamente con pilates y yoga, pero puedes utilizarlo para mucho más, desde hacer ejercicios para tonificar tu cuerpo, hasta relajar los músculos, eliminar dolores y reducir tensión a nivel profundo tras un entrenamiento.

Este instrumento en sus orígenes era utilizado casi únicamente por fisioterapeutas y rehabilitadores, hoy en día por casi todos los especialistas en medicina deportiva y entrenamiento.

     Si buscamos estiramiento y relajación debemos apoyar la zona a trabajar sobre el rodillo, deslizaremos el cuerpo lentamente, notando la presión que ejerce nuestro propio cuerpo. Nunca se debe rodar sobre las protuberancias de huesos, (codos, rodillas…). Cada zona y movimiento tiene su técnica específica debes hacerlo siempre asesorado de un entrenador/a con los conocimientos necesarios. En las fotografías a lo largo de este artículo puedes adquirir algunas ideas, con este sencillo material puedes trabajar desde glúteo, cuadríceps, gemelos, dorsal, femoral, tibial anterior, trapecio, romboide, flexores de la cadera, abductores, y un largo etc. 

     La sensación de “relajación” técnicamente denominada relajación o liberación miofascial es ideal tras un entrenamiento o antes de ir a la cama un largo día de trabajo, pero lógicamente puede estar contraindicado si se utiliza en zonas recientemente lesionadas, o si lo utilizan personas con problemas circulatorios.

     Este cilindro además de ser utilizado para ayudar a la oxigenación y depuración de los músculos se puede utilizar para hacer ejercicios de tonificación, mejorar la propiocepción, zona core, inestabilidad o entrenamiento funcional. Se pueden utilizar diferentes texturas y durezas, es aconsejable comenzar con uno más blando ya que al principio puede resultar doloroso. 

     ¿No sabes cómo empezar? ¡Pregúntanos!