Los comúnmente llamados esteroides anabólicos (realmente denominados anabólico-androgénicos, EAA o AAS, por sus siglas en inglés) son unas variantes sintéticas de la testosterona que promueven el crecimiento del músculo y el desarrollo de características sexuales masculinas tanto en hombres como en mujeres. 

 

     ¿Cómo surgen?

En sus orígenes se utilizaban principalmente para tratar el hipogonadismo, situación en la que los testículos no producen suficiente testosterona para un desarrollo y funcionamiento normal, pero rápidamente se supo que podían facilitar el crecimiento del músculo esquelético, lo que llevo al uso de estos compuestos primero por los fisicoculturistas y después por atletas de otros muchos deportes.

     ¿Tienen efectos secundarios?

El abuso de esteroides anabólicos se asocia a una serie de efectos secundarios, muchos de ellos reversibles si se dejan de tomar como la reducción de la producción de espermatozoides en hombres, la atrofia testicular y cambios o desaparición de la menstruación, pero otros permanentes como la voz más profunda en las mujeres, infertilidad o el desarrollo de senos (ginecomastia) en los hombres.

El abuso de esteroides hace que el cuerpo no produzca hormonas generando alteraciones como las previamente descritas, además a nivel cardiovascular también aparecen problemas, pudiendo llegar a los ataques al corazón. Los esteroides alteran los niveles de las lipoproteínas que llevan el colesterol en sangre, con ello aumentan el riesgo de arteriosclerosis y por tanto los coágulos en vasos sanguíneos, infartos o derrames cerebrales. Habitualmente también se asocia el consumo de esteroides a la aparición de tumores hepáticos o a la denominada peliosis hepática, o lo que es lo mismo, espacios en el hígado llenos de sangre que pueden causar hemorragias internas. Los estudios también reflejan que los esteroides anabólicos pueden causar irritabilidad, agresividad y cambios en el estado de ánimo. No se conoce hasta qué punto está directamente relacionado con estos trastornos de la conducta, pero las investigaciones revelan que si hay una relación directa.

     ¿Cúales son más conocidos y cómo se utilizan?

Los esteroides más comunes son los esteroles, (precursor de casi todos los demás esteroides) ácidos biliares y hormonas esteroideas (de la misma naturaleza que las hormonas sexuales, andrógenos, estrógenos y progesterona)

Se toman por vía oral, se inyectan intramuscularmente o se aplican en la piel en forma de crema o gel. Por lo general, no se toman de manera continuada, para evitar los efectos secundarios y dejar que el sistema hormonal se recupere. El “uso cíclico o ciclos» se refiere a un usar esteroides unas semanas o meses, y después dejar de utilizarlos un tiempo y volver a comenzar.

     ¿Son adictivos?

No causan los mismos efectos que otras drogas ya que no provocan aumentos rápidos de dopamina (el neurotransmisor que causa la “euforia”) pero si pueden llevar a la adicción y a experimentar síndrome de abstinencia cuando dejan de tomarse, incluyendo cambios de humor, insomnio, disminución del deseo sexual, depresión, etc.

     ¿Cómo se adquieren?

En Estados Unidos se pueden comprar legalmente suplementos como la tetrahidrogestrinona (THG) y la androstenediona sin prescripción médica incluso en tiendas naturistas. En prácticamente el resto de países desde 2004, con la promulgación de las enmiendas a la Ley sobre Sustancias Controladas, la compra de estos suplementos se hizo ilegal.

     ¿Quién usa esteroides?

Seguramente la mente os lleva al deporte en general y al culturismo en particular. Hay muchos tipos de esteroides y objetivos que se desean conseguir con su consumo, una de las principales razones es mejorar el rendimiento en todos los deportes en general. Se usan procedimientos para detectar su uso en atletas profesionales y olímpicos, pero constantemente aparecen nuevas drogas de diseño que pasan desapercibidas.

     ¿Sabías qué…?

Las investigaciones sobre los programas educativos de esteroides han demostrado que cuando sólo se enseña a los alumnos/as sus efectos negativos, no se convencen de que ellos puedan ser afectados ni tampoco disminuyen sus ganas de tomarlos en el futuro. Para convencer a los adolescentes de los efectos negativos de los esteroides anabólicos es más efectivo presentarles tanto los riesgos como los beneficios de su uso ya que, según los investigadores, aparentemente encuentran el enfoque equilibrado más creíble.