Hay dos tipos de personas en la vida: los que dicen que van a hacer las cosas y los que realmente les hacen

Ponerse una meta está muy bien, pero el problema que muchos de nosotros tenemos es que realmente no estamos comprometidos con ese objetivo. Querer algo no es suficiente, todo el mundo quiere algo.  Pero entonces, ¿por qué algunas personas van directamente hacia sus objetivos y otras ni siquiera empiezan a intentarlo? En este artículo, te mostraré unos sencillos pasos y si los sigues, te prometo que será mucho más probable que te comprometas y en última instancia tengas éxito en lo que te plantees.

1. Tener un Plan de Acción

Las personas tienen más confianza y son más felices cuando progresan hacia una meta. El progreso da esperanza a la gente y les impulsa aún más.  Ahí es donde entra en juego el plan de acción. Puede no parecer mucho, pero hay algo acerca de tener un plan escrito, presentado en frente de ti y ser capaz de visualizar el objetivo final.  Todo lo que queda después de eso es la ejecución y con ello el logro de la meta.

Metas a corto plazo

Debes empezar con metas a corto plazo.  Haz una lista diaria y cuando termines una tarea, táchala.  Estas metas pueden ser tan simples como comer una comida sana, dar un pequeño paseo, conseguir completar 15 minutos de ejercicio, o no tomar azúcar los fines de semana.  Sean los que sean, deben ser útiles para progresar hacia el objetivo a largo plazo. Piensa en estos pequeños objetivos a corto plazo como los eslabones de la cadena que te llevarán al objetivo final que te has marcado.

Metas a largo plazo

Esto es lo que realmente quieres llegar a conseguir.  Los objetivos a largo plazo por lo general se refieren a un período largo.  Se alcanzan con el éxito continuo de las metas a corto plazo.  Un objetivo a largo plazo puede ser «voy a perder 5 kilos en 6 meses». Tu trabajo consiste en llegar a una meta a largo plazo dividiéndola en trozos lo suficientemente pequeños para que puedas ir completando tareas pequeñas cada día hasta que lo consigas. Muchas personas no alcanzan sus objetivos, porque los hacen tan grandes que después de un tiempo se dan cuenta de que están muy lejos de su alcance o que les llevará demasiado tiempo.

Os dejo algunos consejos para establecer mejores metas:

Haz una meta medible:  No es suficiente decir: «Quiero ganar masa» o «Quiero perder grasa».  En su lugar, pon las cosas un poco más claras: «Voy a perder 3 kilos de grasa antes del 10 de junio.» Esto hace que tu objetivo sea más medible, porque se puede registrar su progreso.

Cuida tus palabras al elaborar tus objetivos. No digas “Quiero…” En su lugar di: «Voy a…».  Esto te mete en la mentalidad adecuada para avanzar hacia tu meta.  Decir cosas como «Quiero» es para las personas que desean hacer algo.  Decir «yo» es una poderosa declaración que exige la acción.

Se lo más descriptivo posible.  No te limites a declarar su objetivo, escribe un párrafo sobre cómo vas a llegar a él.  Di cosas como: «Voy a pesar XXX antes del 10 de junio porque voy a  caminar cada mañana, ir al gimnasio 3 veces a la semana, comer más verduras…». Cuanto más descriptivo seas, más probable que consigas éxito, ya que no estarás dejando nada al azar.  Estarás inconscientemente diciéndole a su cerebro lo que hay que hacer para alcanzar tu meta por lo que es más probable que hagas las tareas.

2. Divide sus metas en otras metas más pequeñas

Si tu objetivo es perder peso, trata de crear otras metas que le ayudarán a alcanzar la principal.  Por ejemplo, en lugar de proponerte perder peso en 3 meses, empieza por “perder peso” en 3 días, plantéate una pequeña meta de comer bien 3 días seguidos, luego 4, luego 5… Esta idea además te alejará del objetivo de ver disminuir el número en la báscula y te adentrará en llevar una alimentación saludable, cuando asocias tu objetivo a otros aspectos de tu vida siempre aumenta la probabilidad de que se logren.

3. Deja de intentar ser perfecto

Esto puede resultar difícil para un montón de gente, pero en mi opinión, debes aceptarlo cuanto antes y hacer la promesa a ti mismo de que no estás buscando la perfección. La razón principal de esto es que te puede provocar una espiral descendente de la que no puedas salir. No te obsesiones con hacer todo perfecto, es bueno tener disciplina, pero si un día no puedes entrenar por el motivo justificado que sea, o no has podido prepárate la comida “x”, no te castigues, mañana será otro día y castigarte mentalmente no hará más que empeorar las cosas.

Resumiendo, no importa lo que te ocurra en la vida, cómo de lejos te sientas respecto a tus metas, pasito a pasito, y haciendo las cosas porque te gustan y porque estás totalmente convencido de lo que haces, al final alcanzarás tus metas.